25/02/12
...
- Me gustaría empezar preguntándole qué es para usted la fe.
- Nunca he sido una persona religiosa. Más que creer o descreer, dudo. La duda es mi fe.
-
Muy prudente y muy burgués. Pero echando balones fuera no se gana el
partido. ¿Por qué diría usted que creencias de todo tipo aparecen y
desaparecen a lo largo de la historia?
-
No lo sé. Supongo que por factores sociales, económicos o políticos.
Habla usted con alguien que dejó de ir a la escuela a los diez años. La
historia no es mi fuerte.
- La historia es el vertedero de la biología.
- Me parece que el día que daban esa lección no fui a clase.
-
Esa lección no la daban en las aulas. Esa lección nos la dan la razón y
la observación de la realidad. Esa lección es la que nadie quiere
aprender y, por tanto, la que mejor debemos analizar para poder hacer
bien nuestro trabajo. Toda oportunidad de negocio parte de una
incapadidad ajena de resolver un problema simple e inevitable.
- ¿Hablamos de religión o de economía?
- Elija usted la nomenclatura.
-
Si le estoy entendiendo bien, usted sugiere que la fe, el acto de creer
en mitos o ideologías o leyendas sobrenaturales, es consecuencia de la
biología.
- Ni más ni menos.
- Una visión un tanto cínica para provenir de un editor de textos religiosos.
- Una visión profesional y desapasionada - matizó -. El ser humano cree como respira, para sobrevivir.
- ¿Esa teoría es suya?
- No es una teoría, es una estadística.
-Se me ocurre que tres cuartas partes del mundo, por lo menos, estarían en desacuerdo con esa afirmación.
-
Por supuesto. Si estuvieran de acuerdo, no serían creyentes
potenciales. A nadie se le puede convencer de verdad de lo que no
necesita creer por imperativo biológico.
- ¿Sugiere usted entonces que está en nuestra naturaleza vivir engañados?
-
Está en nuestra naturaleza sobrevivir. La fe es una respuesta
instintiva a aspectos de la existencia que no podemos explicar de otro
modo, bien sea el vacío moral que percibimos en el universo, la certeza
de la muerte, el misterio del origen de las cosas o el sentido de
nuestra propia vida, o la ausencia de él. Son aspectos elementales y de
extraordinaria sencillez, pero nuestras propias limitaciones nos impiden
responder de un modo inequívoco a esas preguntas y por ese motivo
generamos, como defensa, una respuesta emocional. Es simple y pura
biología.
- Según usted, entonces, todas las creencias o ideales no serían más que una ficción.
-
Toda interpretación u observación de la realidad lo es por necesidad.
En este caso, el problema radica en que el hombre es un animal moral abandonado en un universo amoral y condenado a una existencia finita y sin otro significado que perpetuar el ciclo natural de la espacie. Es imposible sobrevivir en un estado prolongado de realidad,
al menos para un ser humano. Pasamos buena parte de nuestras vidas
soñando, sobre todo cuando estamos despiertos. Como digo, simple biología.
[Y esto de regalo http://www.youtube.com/watch?v=JRsUn8LCr3c ]
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